Pasamos a la descripción de las principales capacidades pedagógicas que se han de adquirir. Dependiendo de la situación de formación en que nos encontremos, estas capacidades serán variables.
Utlizaremos la clasificación de Allen-Ryan (universidad de Stanford).
Analizaremos las siguientes habilidades:
4. Silencios e indicaciones no verbales.
5. Refuerzo de motivación y participación del alumno.
6. Progresividad.
7. Control de la comprensión/aprendizaje.
4. Silencios e indicaciones no verbales
En muchas ocasiones, el/a tutor/a de residentes peca por exceso de verbalización. Para evitar este error e incrementar la participación de el/a médico residente que se forma, podemos entrenarnos en el uso del silencio y de las indicaciones no verbales.
¿Para qué?
Para que los/as médicos residentes tengan una mayor participación y también tengan oportunidad de pensar o reflexionar en lo que les dijo el/a tutor/a de residentes o sus compañeros/as.
¿Por qué?
Las indicaciones no verbales proporcionan a los/as médicos residentes feed-back de sus respuestas. El empleo del silencio, completado por el lenguaje gestual supera a la simple razón.
5. Refuerzo de motivación y participación del alumno/a
Podemos influir en la conducta del/a médico residente que se forma, corrigiendo, modificando, asegurando o eliminando una determinada conducta.
Si en el momento de programar, planificar o evaluar contenidos tenemos en cuenta las diferencias individuales, es lógico que también se considere el uso de refuerzos y su oportunidad.
Ejemplo:
Una nota elevada, un comentario positivo, una palmada en la espalda, aunque estímulos objetivamente positivos no son adecuados a todos/as los/as médicos residentes que se forman.
¿Cómo podemos saber si el refuerzo estuvo bien o mal utilizado?
– Solamente mediante la observación podemos certificar si el refuerzo fue adecuado.
– Por otra parte, si se consiguen los resultados esperados en la conducta del/a médico residente, esto querrá significar que fue positivo.
Tipos de refuerzos:
1. Comentarios: excelente, bien, no exactamente, piensa de nuevo, etcétera.
2. Gestos: sonrisas, movimientos de cabeza, fruncir el ceño, etcétera.
6. Progresividad
Esta capacidad se consigue dando una secuencia lógica a los conceptos y contenidos de un tema o sesión de forma que ayuden a la mejor comprensión/retención por parte del/a médico residente.
Para que se produzca progresividad, es necesario:
a) Ordenar los conceptos de forma que, cuando aparezca uno nuevo, los/as médicos residentes sean capaces de dar el paso que exige su asimilación.
b) Evitar los retrocesos, que provocan la desconexión con el seguimiento del tema.
c) Para evitar cortes y separaciones bruscas en la secuencia de la clase y siempre que esto se manifieste necesario para el desarrollo de la unidad, todos los datos o conceptos no específicos del tema en análisis, deben ser explicados previamente, evitando interrupciones o paralelismos inconvenientes.
7. Control de la comprensión/aprendizaje
La acción de/a tutor/a de residentes quedaría incompleta si no se comprobara la forma cómo los objetivos se alcanzan por los/as médicos residentes.
– Averiguar, preguntar, proponer aplicaciones prácticas sobre los contenidos transmitidos son, fundamentalmente, las técnicas que se pueden utilizar para controlar el aprendizaje.
– Proponer la reflexión sobre los problemas, analizando la forma de resolverlos.
– Solicitando ejemplos de aplicabilidad y validez de los conceptos a las situaciones de la vida real.
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