Las directivas, las órdenes no se transmiten hoy en día como ayer: muchos responsables tienen colaboradores/as más cultos, con más diplomas que ellos/as mismos.

 La autoridad para dirigir ya no procede del status. No se les escucha porque son jefes/as, sino porque nadie pone en duda su competencia, no ya técnica, sino de jefe/a.

 Ser jefe/a, hoy en día, no es fácil sobre todo cuando lo que se tiene que dirigir son hombres/mujeres, cara a cara, con tareas y situaciones nuevas, difíciles y complejas.

Sucede cada díaEl jefe/a debe ser, día a día, quien conduzca despejando el camino que lleva al objetivo.

Antonio era el mejor mecánico de la compañía, alguien en quien se podía confiar. A Antonio le dieron el cargo de Supervisor. Parecía lo correcto.

Allí comenzó el problema. A los pocos meses el departamento de Antonio era un caos. La producción bajó, los fallos fueron a más, incluso algunos pensaron en dejar la empresa… Se comentaba “Antonio es buena persona, pero no entiende a la gente”.

Cuando una persona llega a ser Supervisor/a, un factor nuevo entra en escena, las personas. Es diferente hacer un trabajo uno mismo que supervisar a otros/as.

En Áreas de Formación detectamos esta necesidad formativa y por eso ofertamos la acción formativa los secretos del/a jefe/a-líder/coach  pensada para ayudarle en el arte  de gestionar personas.