Gerhard y Oliver Reichel del Instituto de retórica de Forchheim nos dan 5 ideas para “hablar” eficaz y agradablemente sin necesidad de palabras:

1.Los ojos:
Muchas presentaciones y reuniones fracasan porque el encargado de dar la charla no se dirige en realidad a sus oyentes buscando la relación con ellos, sino que se limita recitar un monólogo que no sirve de puente entre el orador y sus oyentes. La mejor forma de corregir esta situación consiste en mantener contacto visual con todos los oyentes y participantes en la reunión. Que su mirada se pasee por el auditorio y mire a todos los oyentes.

2.La postura:
Las personas que no saben adoptar la postura apropiada, se sienten mal y quien se siente incómodo tiene siempre mal aspecto y así sucesivamente. Ahora bien, las personas que saben provocar en sí mismas una actitud favorable, por autosugestión o por otros medios, adoptan sin darse cuenta posturas más naturales, más adecuadas al medio en el que se hallen. Quien se preocupe por su aspecto externo y se sienta seguro, se relajará también interiormente.

3.Las manos:
Las personas que hablan participando íntimamente en lo que están diciendo, se expresan también inevitablemente moviendo las manos, no les queda más remedio que actuar de esa manera. De todas formas, lo que tiene verdadera importancia es la forma de hacerlo: la mano abierta muestra la palma, la parte interior y sensible de la misma. Quien la ofrece, no oculta sus sentimientos. Si usted plantea un argumento con la mano abierta, está dando a entender que está dispuesto a aceptar argumentos que contradigan lo expuesto por usted.

4.Las piernas y los pies:
Constituyen los cimientos, la base y punto de apoyo de nuestro cuerpo. Las personas que se apoyan firmemente con los pies en el suelo y dan la sensación de firmeza y confianza suelen ser por regla general personas realistas. Saben dónde están y en qué se apoyan. Por eso, es necesario que usted trate de no poner nerviosos a sus oyentes yendo de un sitio para otro. Recuerde que cualquier movimiento sin motivo lo tomarán los demás como señal de inseguridad.

5.Los gestos:
Los asistentes a cualquier charla o reunión leen de sus gestos, sin necesidad de que usted diga ni una palabra, las dudas que usted tiene, su simpatía o antipatía por lo que esté escuchando o viendo, su participación o implicación en lo que esté sucediendo o usted mismo esté explicando. Aunque usted se vea obligado a concentrarse mucho, no frunza el ceño ni ponga una cara enfoscada y llena de arrugas. No olvide: «Una sonrisa es la distancia más corta entre dos personas».

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