Los 4 niveles de evaluación de las acciones formativas según Donald L. Kirkpatrick (y 3ªparte)

 La constatación del grado de adquisición del aprendizaje, en formación para el empleo se realiza mediante pruebas entrada y salida en cada módulo formativo y productos terminales de la acción formativa; teniendo en la ficha del/a participante una constatación del seguimiento con pruebas teórico-prácticas en sus distintas fases además de toda la información que nos aporta la evaluación formativa diaria.

Esto equivale al nivel 2 del modelo, aunque sin grupo de control.

En el nivel 3 comprobamos la eficacia de la formación adquirida en su transferencia al puesto de trabajo.

En el nivel 4 integramos la adquisición de aprendizaje en los parámetros integrales de la organización.

El punto de partida, lo tenemos a partir de la información generada en los niveles 1 y 2. Debemos analizarla  plantearnos todo tipo de preguntas o interrogantes. Generalmente nos encontraremos información de tipo cuantitativo, es decir cuestionarios que reflejan distintos parámetros sobre la satisfacción, la eficacia y la consecución de expectativas.

Las acciones formativas se han desarrollado en un espacio acotado con un control sobre el proceso, la interacción y los resultados. Sin embargo en el seguimiento formativo nos vamos a encontrar que lo ejecutamos teniendo a las personas objeto de seguimiento, en el contexto habitual del puesto de trabajo, conllevando una dificultad añadida que se tendrá que valorar en la planificación e implementación del plan de seguimiento formativo. No va ser tarea fácil, máxime cuando debemos utilizar una metodología cualitativa. A priori a más tamaño de la organización y sofisticación, más resistencia “encubierta” a los procesos de evaluación, debiendo estar muy atentos para tenerlo en cuenta en la planificación y coordinación.

No hay una sedimentación de teoría, práctica y experiencias con cuerpo suficiente actualmente sobre seguimiento formativo; en la medida que se implanten y se hagan cotidianos los modelos de gestión de la calidad, todos los modelos de evaluación se beneficiarán del debate y replanteamiento de todas las variables de los procesos enseñanza/aprendizaje; al respecto es interesante, debatir y analizar el caso de la Logse como fenómeno que ha generado un debate “catastrofista” sobre la educación en los últimos años.

Este modelo es utilizado por empresas grandes y entes formativos y sindicatos. El modelo procede de Estados Unidos, con todo lo que conlleva de cultura empresarial y liberalismo económico. No aporta nuevos rediseños de tipo psicopedagógico (didáctica aplicada) pero sí, sistemátiza su ámbito natural la productividad integral.

Todos los modelos muy generales de amplio espectro son susceptibles de un uso a la carta en función de nuestras necesidades.

Hay que tener en cuenta que realizar la post-formación de manera planificada y sistemática conlleva costes y personal especializado y muy sensibilizado en el contexto post-formativo. En la práctica y cuando no existe una acción específica de seguimiento formativo, se comprueba el rendimiento empíricamente, siendo muy dificultoso separar el trabajo individual del trabajo en equipo.

donald