La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue la que por primera vez planteó la necesidad de impartir educación sanitaria en los principios fundamentales de su Texto de Constitución en 1946: “Una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público, son de importancia capital para el mejoramiento de la salud del pueblo”.

La Constitución Española en su artículo 27 indica que todos tienen derecho a la educación y en su artículo 43 señala que los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria.

En el ámbito educativo, la Ley Orgánica de Educación de 2006, contempla el fomento de los hábitos sociales, la educación vial y la higiene en el currículo de aprendizaje de los/as alumnos/as de enseñanza primaria y secundaria.

A partir de los años 70 surgió en Europa un movimiento que hizo evolucionar la educación sanitaria tradicional hacia la educación para la salud en el ámbito educativo.

A finales de los 80, el profesor Trefor Williams de la Universidad de Southampton (Reino Unido), abre una línea de trabajo y de investigación sobre la educación sanitaria/educación para la salud en la escuela, que sirve como referente para la Conferencia Europea de Ministros responsables de Salud, que se celebró en Estrasburgo en 1981.

En 1985 se celebra un simposio internacional sobre “El papel del maestro en la educación sanitaria”, en Luxemburgo, organizado por la Comisión de las Comunidades Europeas, con la colaboración de la Unión Internacional de Promoción de la Salud y de Educación para la Salud (UIPES).

En España, además del reconocimiento del derecho a la educación sanitaria en la Constitución de 1978, mucho se ha ido avanzando.

En 1989, la entonces Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea (UE), publicó una Resolución relativa a la educación en pro de la salud en las escuelas (DOCE,1989), basada en tres pilares básicos:

a) Impartir la educación para la salud en las escuelas, dentro de los programas escolares.

b) Formación del profesorado.

c) Elaboración de material didáctico.

Según la Organización Mundial de la Salud, Comunidad Europea y Consejo de Europa, la Escuela Promotora de Salud “aspira a conseguir estilos de vida saludables para toda la comunidad educativa, mediante el desarrollo de apoyos ambientales conducentes a la promoción de la salud y ofrece oportunidades, al mismo tiempo que exige un compromiso con respecto al incremento de la seguridad, la salud social y el mejoramiento del entorno físico” (REEPS, 2001).